
El diez susurro a su oído: novia eterna ven conmigo,
te llevare de paseo que nos vera todo el mundo
y sabrán cuanto te quiero.
La pelota enamorada, blanca piel inmaculada,
se entregaba sin pudor a su flor de terciopelo
de su eterno gran amor.
Un regalito para mi amigo "El Fede".